El Mensaje en el Monte de Marte.
Lee otra vez Hechos 17:18 al 34. ( Lea CBA ) repasa su discurso. ¿Dónde encuentras estas doctrinas básicas: la Creación, la Redención, y el Juicio? ¿De qué modo te suena como nuestro mensaje, como adventistas?
Pablo no solo conocía la literatura pagana; citó partes de ella de memoria. Primero, citó a un poeta cretense que escribió: “En él vivimos, y nos movemos y somos” (vers. 28). Y segundo, al pagano Cleantes, cuyo poema de amor al dios Zeus contenía la línea: “Porque linaje suyo somos” (vers. 28). En cada caso, Pablo tomó algo de la cultura de ellos y lo conectó con la verdad que él quería enseñarles.
Elena de White escribió: “Con la mano extendida hacia el templo repleto de ídolos, Pablo descargó la preocupación de su alma, y expuso la falacia de la religión de los atenienses. Sus más sabios oyentes estaban asombrados al escuchar su razonamiento. Demostró que estaba familiarizado con sus obras de arte, su literatura y su religión” (HAp 195).
Luego añade: “Las palabras de Pablo contienen un tesoro de conocimiento para la iglesia. [...] Si su discurso hubiera sido un ataque directo contra sus dioses y los grandes hombres de la ciudad, se habría expuesto a sufrir la suerte de Sócrates. Pero, con un tacto nacido del amor divino, apartó cuidadosamente sus mentes de las deidades paganas, y les reveló el Dios verdadero, que era desconocido para ellos” (HAp 198).
Pablo comprendía que, antes de poder conducir a la gente adonde queremos llevarla, primero tenemos que encontrarnos con ella donde ella se encuentra. Esto significa centrarse en sus necesidades, sus intereses, y dar nuestro mensaje en una forma que se conecte con ellos. Esto no significa diluir el mensaje. Es un tema de comunicación: hablar a la gente en términos y en un lenguaje que ella pueda entender.
¿Cuál fue el aspecto de la enseñanza de Pablo que provocó el mayor rechazo en ese ambiente? ¿Por qué? ¿Qué nos debería decir esto acerca de los límites al tratar de explicar, en forma racional, todo lo que creemos?